La cámara de familia apreció el trabajo de la mujer mientras estaban juntos. Le acepto al hombre poder ir a trabajar y obtener ganancia. Actualmente, los dos son jubilados y sus hijos son ya mayores de edad.
Poco a poco se va ampliando el valor del trabajo de las mujeres en la casa y el cuidado y crianza de los hijos. No únicamente es visto de manera simbólica si no económico. En un fallo, la cámara de familia ordenó a un hombre ya jubilado del ejército que siguiera dándole la cuota alimentaria a su expareja de la cual se divorcio en el año 2009.
El fallo de segunda instancia no está firme y puede ser apelado, pero la central refiere la vulnerabilidad en que quedó la mujer al separarse porque tuvieron una organización patriarcal, en el que el hombre trabajaba y era proveedor de su hogar y la mujer era la encargada de todos los oficios de la casa y la crianza de sus hijos. María Inés abogada de la mujer lo definió como “Un fallo con perspectiva de género”