“ Es importante para el crecimiento emocional de los hijos un buen divorcio ”

Divorciarse de una mejor manera es posible, y es indispensable para la salud emocional de toda la familia, y los hijos. Algunas de las claves, subrayamos hablar claramente a los hijos de la nueva situación, enfrentar desde la calma y la esperanza, recordando para que nos divorciamos, y no como un fracaso, no pensando el por qué nos divorciamos, aceptar, escuchar y acompañar las emociones y opiniones de nuestros hijos, que pueden ser muy distintas de las nuestras. El divorcio puede ser una lección de vida.

-¿Cómo suelen vivir un divorcio los hijos?

Los hijos viven el divorcio a través de los ojos de sus padres, su nivel de ansiedad y preocupación es directamente proporcional a la de sus padres.

Si los padres llevan esta situación desde la calma, la compresión, y teniendo presente las oportunidades del inicio de una nueva etapa, ellos lo asimilan de igual manera.  Va a haber un componente de miedo ante la nueva situación: cualquier situación de cambio comporta un estrés para las personas, no importa la edad. Esto supone un cambio de sus rutinas y su entorno al adaptarse y eso lleva una serie de emociones, se debe detectar y acompañar para que sean gestionadas adecuadamente y suponga un aprendizaje.

-¿Qué errores cometemos los padres en un proceso de divorcio con respecto a nuestros hijos?

El error que cometen los padres es no explicar bien a sus hijos que es lo que va a suceder desde ese momento. Ante los cambios los niños necesitan sentirse seguros, igual que los adultos, pero ellos lo requieren con más intensidad, por que no es una decisión que ellos hayan tomado, sino algo que sucede y en los que se ven envueltos. Se debe dialogar con ellos de manera clara y concisa, explicarles la decisión que hemos tomado y en qué afecta concretamente en su día a día y algo que se debe tener en cuenta es el escuchar, resolver dudas y estar atentos. Se deben responder preguntas y darles libertad para poder expresar todo aquello que les preocupa.

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Los niños suelen protegernos, a no interrogar por no herir o por si la pregunta la consideran inadecuada. Es de gran importancia entender esta circunstancia para ofrecerle opciones, una persona con quien pueda dialogar de sus preocupaciones, desde un tío o tía un profesor o profesional, donde el niño se pueda expresar libremente en la manera en la que se siente sin miedo a herir o ser juzgado por ninguno de sus padres.

-¿Cómo podemos ayudar padres y madres a que lo vivan mejor, qué pautas hay que dar?

El divorcio es un proceso de duelo para toda la familia y como todo duelo, debe pasar por todas las fases, pero no necesariamente desde el sufrimiento. Los adultos intentan adaptarse a las nuevas circunstancias, pero como padres y madres debemos pensar siempre en el respeto hacia los hijos. Respetar que sus padres se separen, pero él no se divorcia de ninguno de los dos, ama a sus dos padres. Es importante nunca entrar en criticar hacia el progenitor.

Como padres o madres es importante plantearse qué es lo que se quiere transmitir a los hijos con sus decisiones. Cuando se decide separarse, independientemente del porqué, se debe cuestionar ¿para qué?  Y ahí es donde encontraremos la respuesta que queremos dar a nuestros hijos.

Es importante entender y aceptar que sus hijos tienen su propia opinión sobre lo que está sucediendo, que son seres independependientes y que piensan y sienten a su manera. Es importante respetar eso y hacerlo siempre desde el amor.  No solo por ser pequeños, también tienen una opinión y emociones al respecto. Eso no significa que debamos otorgarles la capacidad de cambiar la situación, si no de aceptar sus opiniones con respeto y acompañar sus emociones desde la compresión y la empatía.

-¿Tiene sentido eso que se decía mucho antes de “yo no me separo/divorcio por mis hijos”? ¿Qué diríais ante esa creencia?

Tantas creencias que tenemos grabadas en nuestro inconsciente, nos hace sentir mejores padres y madres que se esfuerzan por sus hijos, por su familia. Pero nada más lejos de la realidad, porque estos padres y madres en algún momento en su vida acaban reprochándoselo o contandoselo a sus hijos, lo cual crea en los hijos un gran sentimiento de culpa, por lo infelices que han sido sus padres, y tendrán como enseñanza que la vida es sacrificio.

Los hijos forjan su personalidad de acuerdo a el comportamiento de sus padres y es de suma importancia enseñarles que no deben estar donde no quieren estar y el respeto y el amor, cualquier relación se puede sin tener que convivir juntos, porque cuando un matrimonio toma la decisión de separarse y tienen hijos en común, saben que estarán unidos para siempre. Una enseñanza de vida muy valiosa. Se les debe transmitir valentía, amor sano en pareja, tolerancia al cambio necesaria en nuestra sociedad.

-¿Qué es un buen divorcio? ¿En qué puede beneficiar un buen divorcio a nuestros hijos?

Un buen divorcio comienza por el respeto hacia uno mismo y hacia la persona con la que se decide terminar la convivencia. Continua por dejar de lado el porqué te divorcias y te planteas para qué lo haces. Y termina por tomar la decisión con el asesoramiento y la información necesaria, y gestionar las emociones en el espacio adecuado para ello.

Los cambios se hacen para estar mejor, para ser más feliz y concentrarse en eso y no en lo que rompió la convivencia, puedes superar esta etapa tan compleja desde otra perspectiva, con seguridad.

Un buen divorcio es importante para el crecimiento emocional de los hijos. Que sus padres sean capaces de protegerlos, brindarles seguridad y de afrontar el divorcio como un cambio en su manera de vivir y no como un fracaso personal es la mejor enseñanza que les pueden transmitir.  Recuerde que los niños tienden a ser egocéntricos y cualquier situación que suceda a sus entorno piensan que debe ser por ellos, y se les debe aclarar que ellos no tienen responsabilidad.

-¿Cómo podemos vivirlo también como un comienzo en la relación con nuestros hijos?

Con se vive en familia cada uno adopta un rol, cada integrante de la familia toma una posición y así se desarrolla, y de alguna manera nos cuesta desprendernos de los apegos.

De igual manera ocurre con los roles, la madre hace unas cosas y el padre hace otras, cuando se hace el divorcio todo cambia, las expareja debe reinventarse y hacer cosas que seguramente no se habían planteado y daban por hecho que no sabían hacer. Esto enseña a los hijos que puedan hacer lo que se propongan y hace que cambien también su rol.

Es vital estar atento para que ese cambio de rol sea positivo y no hacia la negatividad. El reinventarse es muy positivo para conocerse.

También se generan nuevos tiempos y espacios para compartir con los hijos. Si siempre la mamá había sido la que planificaba el ocio familiar, quizás ahora papá, es el que deba encargarse del ocio durante el tiempo de estancia con sus hijos, comparta con sus hijos sus aficiones y busque nuevas actividades de ocio. Conocen una parte de su mamá y papá que no conocían.

Fuente: El Periodico

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